Algunos viejos pinos silvestres jalonan el camino...
Si uno echa la vista atrás verá las montañas de las pistas de esquí de Panticosa
Una vez llegados a la cubeta de Bachimaña, al ibón pequeño y, después, al IBÓN GRANDE DE BACHIMAÑA, a cuya orilla se ha instalado el refugio de la FAM.
Tras un importante repechón, sobre bloques graníticos, se llega por fin al primero de los IBONES AZULES. Al fondo, las marmoleras del macizo de los Infiernos...
El segundo de los IBONES AZULES es más amable, no tan agreste como el primero, con orillas herbosas que invitan al descanso y a la observación de florecillas alpinas...
A mitad de recorrido, uno se planta a la misma altura del GLACIAR DE LOS INFIERNOS, realmente mermado. La DGA (creo) ha instalado un pequeño circulito de piedras para que, a guisa de observatorio, el visitante contemple la masa de hielo y nieve...
Ya en la cota 2650 aproximadamente se llega al COLLADO DE LOS INFIERNOS y al IBÓN DE TEBARRAY (jalonado por el cónico pico del mismo nombre).
Y caminando medio kilómetro más, por la sendita que se aprecia en la erosionada ladera de la izquierda, se llega al COLLADO DE PIEDRAFITA o de TEBARRAY, a pies del pico del mismo nombre, desde donde, al oeste se puede contemplar la cuenca donde descansa el refugio de Respomuso y, al este, el ibón de Tebarray y, al fondo, el glaciar de los infiernos debajo del pico del mismo nombre.
Y ya, por fin, el cansado montañerete llega al punto álgido de su excursión, desde donde volverá al punto de partida: casi 1.200 m. de descenso hasta el Balneario de Panticosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario